Soy José Guzzi, profesor en Filosofía, cervecero artesanal y cinéfilo. Este blog ha sido creado con la intención de hacer algunas críticas y comentarios a cervezas, libros y películas que fui e iré consumiendo.
martes, 24 de abril de 2012
Doce hombres en pugna - Dir: Sidney Lumet
Título original: 12 Angry Men Dirección: Sydney Lumet
Producción:
Henry Fonda, Reginald Rose
Guión: Reginald Rose Argumento
Original: Sobre la
obra de de Reginald Rose Año: 1957 Duración:
95 min (aprox.) País: USA Música: Kenyon Hopkins Sonido: James A. Gleason Productora: Metro-Goldwyn-Mayer
Reparto: Henry Fonda (Jurado
#8 - Mr. Davis), Lee J. Cobb (Jurado #3), Ed Bigley (Jurado #10), E.G.
Marshall (Jurado #4), Jack Warden (Jurado #7), Martin Balsam (Jurado
#1), John Fiedler (I) (Jurado #2), Jack Klugman (Jurado #5), Edward
Binns (Jurado #6), Joseph Sweeney (Juror #9 - Mr. McCardle), George
Voskovec (Jurado #11), Robert Webber (I)
(Jurado #12)
Doce hombres en pugna es una gran película. Lo mismo que dije respecto de Tesis lo repito con este filme: fue la ópera prima en el cine de Sidney Lumet y no es un dato menor considerando la maestría con la que filmó este película y la enorme dirección actoral que se percibe en esta realización basada en una obra de teatro. Esto conforma, entonces, una gran puesta en escena de una hora y media. La película narra el desarrollo de las deliberación de doce hombres que deben decidir la inocencia o culpabilidad de un joven de 18 años acusado de asesinar a su padre con un cuchillo. El juez le advierte al jurado que la decisión debe ser unánime: o se lo declara inocente o se lo manda a la silla eléctrica; por ello si alguno presenta una "duda razonable" ha de imponerse una discusión crítica, un debate de ideas, una contienda dialógica entre los doce integrantes del jurado para llegar a una solución que será, finalmente, inapelable. Apenas ingresan al recinto de deliberación, once de los doce hombres están absolutamente convencidos de la culpabilidad del joven a partir de los testimonios de los testigos y la endeble defensa del abogado del acusado. Sin embargo, uno de ellos (una sobria actuación de Henry Fonda) advierte que tiene una duda razonable y proclama la necesidad de discutir nuevamente algunos puntos oscuros del juicio. La apatía, el apuro, la arrogancia y los prejuicios sociales empiezan a inquietar al resto del jurado de modo tal que se consensúa que el resto de los jurados deberá convencer al jurado nº 8 y dar razones de porqué el joven acusado sería culpable. Allí comienza lo delicioso de la película dado que cada uno (y me refiero absolutamente a todos) de los jurados comenzarán a brindar todo tipo de falacias no formales (apelación a la ignorancia, apelación al pueblo, la causa falsa, el argumento ad hominem, la generalización inadecuada, el recurso a la fuerza, la falacia de composición, el "tu quoque", etc.) con tal de persuadir al jurado 8. Se hace otra votación admitiendo que si alguno más apoya la moción de la inocencia deberán seguir discutiendo, en cambio si todo el resto mantiene firme su posición de inocencia, el jurado 8 aceptaría la decisión del resto. Otro de los jurados acepta el desafío y de allí en más asistiremos a jugosas discusiones que evidenciarán paralelamente las noblezas como las bajezas de la condición humana. Se advierten, de este modo, los terribles prejuicios sociales de una clase media norteamericana que desprecia y aborrece a la clase de aquellos que no concretaron la "american way of life". Es clave destacar que no sólo los argumentos falaces son los que apuntan a la persuasión de los otros sino también la comunicación no verbal: gestos, entonaciones, expresiones faciales, la proxémica, el movimiento de los ojos están acertadamente conjugados en cada uno de los personajes para que los espectadores nos comprometamos con la causa y, de a poco, elaboremos nuestra propia hipótesis acerca del posible asesinato.
La deliberación transcurre en tiempo real y este es, a mi criterio, otro acierto de Lumet porque logra que el espectador se adentre en el clima de claustrofobia y asfixia climática que inunda la sala. La violencia, el racismo, las responsabilidades cívicas, la cerrazón mental y el dogmatismo, la importancia de la duda y la pregunta hacen de este filme un bastión de la filosofía y de la lógica. En fin, una excelente película que puede abordarse desde diversas perspectivas. Y para que se den cuenta de su valor les planteo la siguiente situación: la película es de 1957, en blanco y negro, y durante 90 minutos se desarrolla en un solo escenario (la sala de deliberación del jurado) en el que hay sólo 12 hombres discutiendo. ¿Puede haber, a priori, algo más aburrido para un adolescente de 17 años que busca acción, aventuras, ciencia ficción o comedia y si es en 3D mejor? Pues les aseguro que a los alumnos a los que les he proyectado este filme les ha encantado y se han mostrado agradecidos por ello.
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