Lost Highway |
Guión: David Lynch y Barry Gifford
Género: Drama/Misterio/Suspenso
Año: 1997
Reparto: Bill Pullman (Fred Madison), Patricia Arquette (Renee Madison/Alice Wakefield), John Roselius (Al), Louis Eppolito (Ed), Robert Blake (Hombre misterioso).
Duración: 134 minutos
País: Francia/EEUU
Básicamente la historia está dividida en dos grandes partes. En la primera de ellas, Fred Madison junto con su mujer Renee reciben unas extrañas cintas de video en su casa que van mostrando filmaciones del interior de su hogar, de ellos durmiendo hasta que llega uno que muestra el asesinato de la mujer. Frente a las inconsistencias de las explicaciones de Fred sobre este asunto, la policía termina encarcelándolo por ser el principal sospechoso. A partir de allí comienza la segunda parte de la película. Y el misterio, el suspenso y hasta el terror se reemplaza por los escándalos de la razón a los que nos ha acostumbrado Lynch. Por ello puedo afirmar que estamos frente al más puro cine de David Lynch, este director surrealista que juega permanentemente con los límites a los que nos lleva nuestro inconsciente y donde lo onírico es el bastión fundamental sobre el que se apoyan las imágenes. ¿Por qué? Porque dentro de la cárcel y sin ningún signo lógico y racional aparente, Fred se convierte en otra persona, en un joven mecánico que tiene una aventura con la mujer de un mafioso. La "casualidad" es que la mujer es la misma que la mujer de Fred pero con otro color de cabello. Patricia Arquette se pasa, se come la cancha. Con esto aparecen casi todos los elementos del cine negro: celos, violencia, erotismo, traiciones, gángsters, sexo, mujeres, autos y persecuciones. Pero los escándalos de la razón siguen al pie del cañón con la aparición de un hombre misterioso, cuya aparición en distintas secuencias ignoramos y que, además, David Lynch se encargará de hacernos saber que no tenemos porqué encontrar una explicación causal. Y esto es Lynch; un director alucinante, enigmático, cuyas obras -casi siempre- dan lugar a múltiples conjeturas y que interpela constantemente al espectador para que éste cierre sus propios círculos, elabore sus propias tramas narrativas, resignifique la historia sobre la base de su propia experiencia onírica-imaginativa. Creo que no hay que buscar necesariamente un sentido unívoco a este filme, es más no nos defraudemos si no lo hallamos. En vez de ello, pienso que hay que disfrutar y gozar de los que escapa a nuestros enquistados cánones tradicionales a la hora de ver una película. Impresionante!!
Hasta la próxima...