domingo, 30 de noviembre de 2014

El rati horror show - Dir, Enrique Piñeyro

El espectáculo de horror rati
Directora / Productor: Enrique Piñeyro
Co-director: Pablo Tesoriere
Guion: Enrique Piñeyro
Montaje: Germán Cantore
Elenco: Enrique Piñeyro, Germán Cantore, Agustín Negrussi, Andrés Bagg.

El documental del realizador argentino Enrique Piñeyro retrata, a modo de denuncia, la historia, trágica por cierto, de Fernando Ariel Carrera, quien fue condenado injusta e intencionadamente a 30 años de prisión, mediante una causa y una investigación fraguada, plagada de contradicciones, manipulación de testigos, excesos policiales y judiciales. La denominada “masacre de Pompeya” del año 2005 tuvo como desafortunado protagonista a Carrera quien, luego de recibir dos impactos de bala y quedar inconsciente manejando su automóvil particular, atropelló a cinco personas (de las cuales fallecieron tres) y colisionó contra otro vehículo, recibiendo -a posteriori- otros seis balazos por parte de policías de civil, que en total gatillaron 18 veces. El caso se caratuló originalmente como “robo con armas reiterado, homicidio agravado reiterado (tres hechos), lesiones agravadas, resistencia a la autoridad, daños y encubrimiento”. ¿Cuál fue el crimen del acusado? Haber tenido un auto similar al que unos policías perseguían luego de recibir una denuncia de robo armado y escape. En efecto, Carrera se encontraba en su Peugeot 205 blanco en un semáforo del Barrio de Pompeya cuando percibió que, desde otro auto, comenzaron a dispararle. Ante la desesperación, aceleró tomando el carril a contramano de una avenida quedando inconsciente por un disparo en su mandíbula, y ocasionando los exabruptos del accidente.
            A lo largo del relato de este “thriller real”, dinámico, irónico, reflexivo, sagaz, Piñeyro va develando un sinfín de contradicciones resultantes de un caso complejo y confuso, a través de toda una parafernalia tecnológica que derivan en un producto de excelente calidad. El director despliega todo su arsenal retórico, su propia investigación detallada y exhaustiva para mostrar las mentiras de jueces y fiscales, declaraciones contradictorias de los testigos, pruebas plantadas, un abogado defensor comprometido con intereses ajenos al imputado, la poca claridad de las circunstancias del tiroteo, la indiferencia de los jueces ante testimonios que podrían haber arrojado luz sobre el asunto. Y, lo que es peor aún, la patética cobertura del hecho por parte de los medios de comunicación, proyectando una manipulación despiadada de la opinión pública. Es que, en efecto, los medios pusieron detallado énfasis en mostrar cómo los testigos del accidente pretendían linchar a Carrera y cómo la burbuja de la definición del incidente fue creciendo hasta lugares insospechados. De hecho, es caricaturesca la “información” que cada canal de televisión iba dando del asunto: para algunos eran cuatro delincuentes, para otros tres, para otros los cómplices se escaparon; en todos los casos se dieron informaciones erróneas de cuál fue el móvil del hecho. Lo importante fue, mejor dicho es, en televisión, dar una respuesta inmediata, urgente, aún sin mediar reflexión ni investigación seria, aún sin chequear verazmente los datos. Pero, además, la criminología mediática se encargó de despertar los mayores prejuicios y potenciar los más terribles resabios de odio y repugnancia por el otro, en este caso la víctima de un poder punitivo corrupto, corporativo e inhumano. ¿De qué manera? Reproduciendo un discurso de seguridad social, higienista, que remarca la necesidad de pulverizar y expulsar la mierda (es decir el otro, el diferente) de la sociedad. Dice Zaffaroni: “lo que la criminología mediática oculta cuidadosamente al público es el efecto potenciador del control y reductor de nuestra libertad. Al crear la necesidad de protegernos de ellos justifica todos los controles estatales -primitivos y sofisticados- para proveer seguridad”.[1] Lo que los impávidos espectadores de este circo mediático no se dan -no nos damos- cuenta, es que, en realidad, el poder punitivo busca el control de todos, es decir tanto de ellos como de nosotros. Pues así y sólo así, la vigilancia y el control se harán efectivos. Y los medios se ponen a su servicio.



[1] Zaffaroni Eugenio Raúl: Op. Cit., p. 230. [La cursiva es del autor]

2 comentarios:

  1. Excelente profe! Otra que se sumará a la lista de peliculas por ver... No se que año habrá sido el comentario de Zaffaroni, pero me parece que va a ser una de esas declaraciones que se mantendrán acordes a nuestra realidad siempre...

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  2. Excelente documental, con una dinámica perfecta, que lo torna tan atractivo como una película de ficción.

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