lunes, 22 de abril de 2013

Tan locos como sabios. Vivir como filósofos. Roger-Pol Droit y Jean-Philippe de Tonnac.

Tan locos como sabios. 
Para aquel que cree que los filósofos tienen en su composición existencial más de locura que de racionalidad, este libro se encarga de confirmar la aventurada hipótesis. Y no es porque la "locura" de los filósofos sea antiracional o irracional, sino que, por el contrario, es una locura que tiene su razón de ser, su explicación. Roger-Pol Droit y Jean-Philippe De Tonnac escriben este hermoso libro de relatos de tinte anecdótico acerca de filósofos (y filósofas) de la antigüedad, demostrando que ser filósofo no es pasarse el día -y la noche- solamente pensando macanas, aburriéndose en los pormenores del ser y la nada, infiltrándose en la incertidumbre de aquello que no presenta duda alguna, sino que ser filósofo es una aventura que implica una particular forma de vivir y de entender el mundo. Y, en realidad, en la antigüedad no había más que vivir la vida de un modo particular para ser filósofo. Y eso demuestran los autores desarrollando relatos que tiene pizcas de veracidad combinadas con elementos ficcionales que hacen que esta obra sea muy divertida por sobre todas las cosas. La filosofía tiene en su matriz de vida a la polémica y los autores se encaran de mostrar cómo la tensión de opuestos, las acciones y los gestos cotidianos de los filósofos encendían las grandes polémicas dialécticas del paradigma antiguo. Pero, además, la "locura" de los filósofos antiguos se acompañaba de una enorme sabiduría -teórica y práctica- al punto tal de que encontramos relatos acerca de cómo Tales de Mileto se hizo rico cosechando una temporada olivas; o como Cleobulina -la primera mujer filósofa- sorprendía a todos con sus enigmas; o como Heráclito decidió cubrir su cuerpo con estiércol de vaca para "atrapar" la humedad; o como Crisipo murió de risa atragantado por unos higos; o como a Epicteto -que era esclavo- tuvieron que romperle una pierna para justificar la teoría estoica de apreciar los acontecimientos tal y como ocurren de manera simple y sencilla. 
En definitiva, un libro excepcional para los amantes de la filosofía, para los que ya se iniciaron en esta "locura" o para los que se animan a aventurarse a pensar de manera distinta y ver el mundo con otros ojos.  

domingo, 14 de abril de 2013

Cerveza Quarryman

Rauch Bier


Cerveza Quarryman – Rauch Bier (Roja ahumada) – 5% alcohol
Espuma color caoba bien clara, persistente y cremosa. La cerveza es de color rojizo, con tonalidades rubí matizado de dorado oscuro. Aroma con presencia de ahumado que no es agresivo tal como lo indica el estilo, notas a nueces, algo de pan tostado, pasas de uva, tofee y un dejo de madera. Muy leve presencia de lúpulo aromático cercano, tal vez, a los terrosos.
El sabor se destaca por la presencia del caramelo de las maltas y el tostado de la malta ahumada. Un amargor leve pero equilibrado, presente que, en el balance final, se inclina más hacia el lado de la malta. Los 5% de alcohol se hacen notar, aparentando ser una cerveza un poco más fuerte, lo cual la hace genial.
Chocolate Stout
Conclusión: una cerveza excelente. Ideal para maridar con quesos fuertes como el sardo, el reggianito y porqué no una provoleta en la parrilla bien condimentada. Otros fiambres que combinarían al pelo serían una bondiola o pastrami ahumados que, mestizados con un pan casero recién horneado, derretirían el paladar.
Las cervezas ahumadas son de mis favoritas y debo decir que ésta, sin lugar a dudas, queda entre las favoritas de las cervezas nacionales que he probado hasta el momento dentro del estilo.

Cerveza Quarryman – Chocolate Stout
Levadura: nottingham. Lúpulo: Perle alemán. IBU: 20. DI: 1,056. 5% de alcohol. Madurada con cáscara de cacao.
Primera cuestión interesante: todos estos datos están en la etiqueta frontal de esta cerveza. Y eso es muy elogiable porque hay cerveceros que creen que su receta es un secreto de estado y no se “animan” a compartir los datos por temor a una copia imperfecta. Pero la experiencia demuestra que con los mismos ingredientes el proceso y el resultado puede variara de un cervecero a otro. Un aplauso por ese gesto.
Espuma de esta genial stout es color marrón claro y bien persistente. El color de la cerveza era negro opaco con tonalidades en pequeños trazos color rojizo que rozan el bordó.
Su aroma se caracteriza por la presencia del cacao, no tan sutil como sugiere la etiqueta sino más bien notable y perceptible inmediatamente. También el aroma a café, a caramelo y a maderas dan un bouquet muy complejo e interesante.
En cuanto al gusto diremos que también está presente el chocolate, con dejos de whisky mezclados con las maltas caramelo. Aparece el lúpulo en el amargor y, aunque no sobresalga, se armoniza perfectamente.
Otra cerveza excelente y sumamente recomendable para quien pueda adquirirla. Yo la combinaría con una buena carne al horno (por ejemplo una colita de cuadril o un filet) mechada con una mezcla de ajo, cebolla, aceitunas, rúcula, algo de cilantro y aceite de oliva. También sería ideal para acompañar un postre con chocolate amargo.   
Debo felicitar a Armando March su maestro cervecero. Lo único criticable sería, quizás, algo externo a su dueño: el elevado precio con el que las conseguí. Cada botellita me costó $28 en enero de este año en una tienda que vende productos de Tandil en el Puerto de Frutos que está aledaño al Parque de la Costa. No tengo ni idea si los productores son dueños del lugar, pero para ser una cerveza para llevar (como hacemos los turistas que visitamos la zona) es carísima. Pero no me arrepiento. ¡Buena birra y buena vibra!
P/d: el estado de las etiquetas de las botellitas se debe a un "accidente" en mi heladera, no a las botellas.