sábado, 28 de junio de 2014

Algunas horas de primavera - Dir. Stéphane Brizé

Quelque heures de printemps
Título original: Quelque heures de printemps
Título en español: Algunas horas de primavera
Dirección: Stéphane Brizé
Origen: Francia
Año: 2012
Guion: Florence Vignon y Stéphane Brizé
Música: Nick Cave y Warren Ellis
Duración: 108 minutos
Intérpretes: Vincent Lindon, Heléne Vincent, Emmanuelle Seigner, Olivier Perrier.

Después de pasar 18 meses en la cárcel por intentar traficar drogas en el camión con el que trabajaba, Alain debe volver a su casa materna hasta tanto consiga reinsertarse laboralmente. Sin demasiado entusiasmo y sin esperar nada productivo de él, lo espera Ivette, más preocupada por su perro Callie que por su hijo recién llegado. Ivette es obsesiva, sistemática, rutinaria, ritualista y ya se acostumbró a la soledad y el silencio. Pero también Ivette es, en el fondo, tierna como su hijo; pero la incomunicación y algunas huellas de viejos resentimientos generan una situación tensa e insoportable. Alain consigue algunos empleos esporádicos, poco calificados que no logran contentarlo. En una noche de distracción conoce a Clemence, con quien compartirá efímeros momentos de pasión y amor poco sincero, enmascarado, enmarañado detrás de verdades que se ocultan. El punto de inflexión del filme y del guion -que, por cierto, es excelente- lo constituye la revelación de la enfermedad terminal de Ivette: un tumor cerebral sin posibilidades de cura. Ivette buscó, por su cuenta, darle un final a su vida lo más tranquila y apacible que se pueda, consultando en Suiza una institución para asistir la muerte de los enfermos terminales. Y aquí es cuando más notoria se hace la ironía que da lugar al título de la película; cuando podíamos llegar a creer que se trata de un melodrama de carácter romántico que apela a la estación de las flores para desarrollar una relación de amor perdurable, la realidad y el intimismo que Brizé le imprime a la película caen como balde de agua helada. ¿Por qué? Porque el mundo es mucho más complejo de lo que la ficción nos muestra, la realidad es mucho más cruda a la vez que desafiante. Entonces es cuando el silencio se vuelve significativo, cuando más vale callar que hablar porque -siguiendo a Wittgenstein- "de lo que no se puede hablar es mejor callar". Y es, probablemente, la ética la que se haga presente para intentar, por lo menos, tratar de encontrar respuestas a los avatares de la existencia.
Una película imperdible.