jueves, 29 de mayo de 2014

Los padecientes - Gabriel Rolón

Los padecientes
Para los escépticos -como el escepticismo y los prejuicios que me embargaron antes de comprar y leer este libro- que ponen en duda la calidad literaria de un psicoanalista devenido en escritor como Gabriel Rolón, me anticipo al final: la primera novela de Rolón es excelente. Atrapa, sugiere, narra en una prosa sencilla pero emotiva, dinámica, con un ritmo en la presentación de los acontecimientos que no da respiro y nos invita a leer, leer y leer. Tal es así que en mi caso particular me devoré la novela en 3 días. 
Los padecientes relata los avatares de Pablo Rouviot, un reconocido psicoanalista porteño, cuya relación profesional con sus colegas no es de las mejores, pero aún así mantiene una amistad férrea con su compañero José, alias "El gitano". Pablo acaba de terminar una relación amorosa intensa y eso lo mantiene preocupado. Hasta que el motivo de su preocupación existencial se desvía a partir de la llegada de Paula Vanussi, una joven estudiante de Psicología y admiradora de Rouviot, quien pide contratarlo para que brinde su opinión profesional en el juicio que debe afrontar su hermano por haber cometido el asesinato de su padre, un turbio millonario. Paula requiere de la ayuda profesional de Pablo para que declare la insanía de su hermano Javier, quien padece serios trastornos y desequilibrio mental y, por ello, es aparentemente inimputable. Tal declaración evitaría que Javier vaya a cárcel y simplemente se quede en el instituto psiquiátrico en el que se encuentra recluido. Un poco bajo el pedido de Helena, su secretaria, y otro poco bajo el manto de curiosidad y asombro propio del profesional comprometido con su vocación o del científico que busca llegar a las raíces del asunto que investiga, Rouviot decide tomarse un tiempo para responder y, por ello, investigar previamente. Y este punto de inflexión lleva a que Pablo se obsesione no tanto con el caso en particular sino con el desafío de encontrar la verdad detrás de un contexto familiar de mierda en el que un "pez gordo" como Vanussi demostró ser un reverendo hijo de puta, un inescrupuloso que -como muchos otros- hace uso y abuso del poder de un modo que roza la anomia social. Y es en este pozo de mierda en el que Pablo Rouviot se mete, develando la confabulación de policías, políticos, médicos, empresarios quienes juegan un papel de cómplices en esta trama plagada de suspenso, corrupción, perversidad y poder. El itinerario que el psicoanalista emprende, entonces, excede el campo de la Psicología para convertirse en una investigación policial que, de a poco, irá aproximándose a la tan ansiada y dolorosa verdad. Y el momento del desocultamiento, la revelación del misterio produce sensaciones encontradas en el lector.
Un thriller psicológico relatado como una novela policial, con toques de policial negro, sustentado en categorías del psicoanálisis que ayudan a comprender los padecimientos de las personas comunes y corrientes. De una prosa muy ágil y entretenida, apelando también a la escritura de capítulos relativamente cortos que acentúan la atención del lector. Con personajes muy reales que nos dejan la extraña sensación de que cualquiera de nosotros puede ser alguno de esos "padecientes". 
En definitiva una novela imperdible. 

miércoles, 21 de mayo de 2014

Cerveza Franz Scheitler

Scheitler Rubia

Scheitler Colorada
La cerveza Franz Scheitler es procedente de Mercedes, provincia de Buenos Aires. Las había comprado en Capital Federal y me las traje para Tucumán. Empecé la cata con la rubia, de 5% de alcohol, de un color dorado intenso (se aprecia bien en la foto), muy clara y con sedimento en el fondo pero normal para una artesanal. Espuma de color blanco y bien persistente y cremosa. De gasificación alta.
En la rubia predomina el aroma cítrico y terroso con un dejo de diacetilo (siempre repito que es ese aroma como a manteca, que en algunos casos es desagradable y en otros ameniza con el estilo) pero no invasivo. Sabor a peras, bananas y de retrogusto amargo. Presenta un logrado equilibrio entre la malta y el lúpulo. Una cerveza que deja el paladar seco y por eso provoca tentación para seguir bebiendo.
Con una presentación excelente, la cerveza Franz Scheitler resulta ser muy refrescante. Ideal para una picada con fiambres y quesos duros, aromáticos y unas tostadas con queso blanco y atún. Muy buena cerveza.
La colorada también tiene 5% de alcohol que, a decir verdad, no se notan en ninguno de los estilos que probé. Tiene color ámbar con reminiscencia de dorado y cobre. Muy interesante el color que han logrado. Un poco turbia con sedimento en el fondo. La espuma era marroncita clara aunque, esta vez, muy lábil (se esfumó rápidamente). Gasificación baja.
Presenta un aroma dulzón que nos retrotrae a flan o caramelo de un modo muy marcado. Aparece poco acentuado el aroma cítrico del lúpulo.
Al probarla se percibe una excelente conjunción entre el dulzor de las maltas caramelo y el amargor del lúpulo. Al ser una cerveza colorada, la balanza se inclina a favor de las maltas, lo cual le da al estilo una presencia notable. Buena decisión del maestro cervecero.
Otra vez el retrogusto nos deja un paladar seco que estimula a seguir tomando esta cerveza de muy buena calidad. El defecto que presentó fue la poca durabilidad de la espuma y la escasa gasificación. Pero es una excelente cerveza para acompañar con un postre que contenga cerezas al marraschino o zapallos en almíbar. Calculo que será una combinación muy exitosa. Muy buena cerveza.
Hasta la próxima cata.... 

domingo, 11 de mayo de 2014

Enemy - Dir. Denis Villeneuve

El hombre duplicado
Título original: Enemy
País: Canadá/España
Año: 2014
Dirección: Denis Villeneuve
Guion: Javier Gullón
Reparto: Jake Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gadon, Isabella Rossellini, Stephen Hart, Jane Moffat. 
Género: suspenso.
En primer lugar, hay que aclarar que este filme se trata de un caso más de transposición cinematográfica de la novela del ganador del Premio Nobel de Literatura José Saramago, El hombre duplicado. Debo aclarar que no he leído la novela aún pero que es mi próxima lectura cuasi obligada para confrontar el estilo estético y la problematización existencial de cada una de las obras. El argumento es, en apariencia, sencillo e inocente, aunque a medida que se avanza en la trama percibimos el peso inoxerable de la angustia existencial. Adam Bell es un profesor de historia cuya vida monótona se repite casi al infinito, de modo tal que hasta sus mismas clases parecen ser una repetición de nunca acabar sin que ningún destello fulgurante lo saque de ese estado somnoliento de eterno retorno de lo mismo. Adam está en pareja con Mary pero la misma vida rutinaria de su profesión se reproduce en su vida amorosa/sexual. Para Adam, entonces, el mundo es aburrido, la vida es un bodrio, no hay nada relevante ni interesante por lo que vivir. Y así, sin esperarlo, en un recreo en la sala de profesores, su colega de Matemáticas le recomienda una comedia, una película como para entretenerse durante 90 minutos. Y este es el punto de inflexión. Adam descubre, a partir de recurrentes imágenes en sus sueños, que un actor menor de la película que vio es, literalmente, idéntico a él. Alquila otras películas de este actor llamado Anthony Claire para corroborar su parecido y entonces, asombrado y confundido, se apronta a encontrarse con él, a sabiendas de que -además- viven en la misma ciudad. El encuentro finalmente se produce y la obsesión deja de ser propiedad exclusiva de Adam para machucar también mentalmente al fanfarrón Anthony. Entonces, la angustia existencial y la densidad filosófica del filme se hacen patente cuando la consabida pregunta antropológica "¿Quién soy?" corroe la mente de estas dos personas exactamente idénticas. ¿Qué es lo que hace que una persona sea uno mismo y no otro? ¿Acaso nuestros rasgos físicos? ¿Acaso nuestro modo de ver el mundo? ¿Acaso nuestras marcas personales, nuestras huellas? ¿Acaso las relaciones que establecemos con los seres queridos? ¿Acaso nuestra consciencia? ¿Y si lo que somos o creemos que somos es, en realidad, una máscara que esconde lo que verdaderamente queremos ser? Confundidos y perplejos al mismo tiempo, el entrecruzamiento entre los seres duplicados se complejiza cuando el uno aparenta ser el otro y la fragmentación los lleva a vincularse a cada uno con la pareja del otro. Y con ello, el mundo y el argumento se vuelven más sórdidos de lo que aparentaba ser. Plagado de simbolismos (las arañas, la madre, las mujeres) el filme de Villeneuve termina siendo una obra absolutamente perturbadora, un escándalo para la razón. El mundo racional pierde pie y el orden lógico se tambalea cuando llegamos al final del relato. Con una fotografía precisa, pertinente para ilustrar el desasosiego de los personajes en cada momento, con un guion inteligente, y una actuación muy destacable de Jake Gyllenhaal, Enemy se convierte en un thriller deslumbrante, sobre todo desde los puntos de vista filosófico, estético, psicoanalítico si se quiere, y la convierten en una de esas películas de las que no podemos dejar de hablar o discutir con alguien cuando el aclamado "The End" aparece. 
Haber visto esta película me lleva, ineluctiblemente, a leer la novela de Saramago, seguramente presente en una de las próximas reseñas sobre libros que haga en este blog.  
Me encantaría que quienes hayan visto la película comenten sus pareceres al respecto. Hasta la próxima.