jueves, 11 de diciembre de 2014

Cerveza Berlina - Patagonia Foreign stout

Berlina Foreign stout
Cerveza negra extra (eso significa, lector desprevenido, que tiene bastante malta en su composición porincipal al macerarse y, por ello mismo, tendrán un cuerpo interesante y un nivel de graduación alcohólica un poco mayor), estilo stout, de 6% de alcohol en volumen. Ha sido ganadora, según lo anuncia la etiqueta, de diferentes concursos cerveceros en 2011 y 2012. 
Espuma de color marrón como se aprecia en la foto, muy cremosa, densa y persistente. El color de la cerveza era opaco, sin nada de sedimento en el fondo. 
Ya en el aroma la presencia del alcohol es notable, y combina con el café y el lúpulo terruño, aunque este último en menor medida. 
De gusto robusto en donde el café aportado por las maltas tostadas predomina en esta cerveza con gasificación baja, muy buen cuerpo y seca, bastante seca. Pero también hay un dejo de dulzor por las maltas caramelo, como toda stout -estimo- debe tener.
Como señalé, la presencia del alcohol tanto en el aroma como en el gusto aparentan forjar una cerveza madurada en barricas de madera, aunque no sea necesariamente así.
La cerveza es realmente excelente a tal punto que no hace falta tomarla muy fría y evidentemente es una cerveza ideal para lugares de bajas temperaturas como Bariloche.
Pienso que debe maridar muy bien con un guiso de cordero bien condimentado con pimienta negra y curry. En conclusión: excelente cerveza. Los premios los tiene bien merecidos y es absolutamente acorde con el estilo.  
Hasta la próxima cata....

domingo, 30 de noviembre de 2014

El rati horror show - Dir, Enrique Piñeyro

El espectáculo de horror rati
Directora / Productor: Enrique Piñeyro
Co-director: Pablo Tesoriere
Guion: Enrique Piñeyro
Montaje: Germán Cantore
Elenco: Enrique Piñeyro, Germán Cantore, Agustín Negrussi, Andrés Bagg.

El documental del realizador argentino Enrique Piñeyro retrata, a modo de denuncia, la historia, trágica por cierto, de Fernando Ariel Carrera, quien fue condenado injusta e intencionadamente a 30 años de prisión, mediante una causa y una investigación fraguada, plagada de contradicciones, manipulación de testigos, excesos policiales y judiciales. La denominada “masacre de Pompeya” del año 2005 tuvo como desafortunado protagonista a Carrera quien, luego de recibir dos impactos de bala y quedar inconsciente manejando su automóvil particular, atropelló a cinco personas (de las cuales fallecieron tres) y colisionó contra otro vehículo, recibiendo -a posteriori- otros seis balazos por parte de policías de civil, que en total gatillaron 18 veces. El caso se caratuló originalmente como “robo con armas reiterado, homicidio agravado reiterado (tres hechos), lesiones agravadas, resistencia a la autoridad, daños y encubrimiento”. ¿Cuál fue el crimen del acusado? Haber tenido un auto similar al que unos policías perseguían luego de recibir una denuncia de robo armado y escape. En efecto, Carrera se encontraba en su Peugeot 205 blanco en un semáforo del Barrio de Pompeya cuando percibió que, desde otro auto, comenzaron a dispararle. Ante la desesperación, aceleró tomando el carril a contramano de una avenida quedando inconsciente por un disparo en su mandíbula, y ocasionando los exabruptos del accidente.
            A lo largo del relato de este “thriller real”, dinámico, irónico, reflexivo, sagaz, Piñeyro va develando un sinfín de contradicciones resultantes de un caso complejo y confuso, a través de toda una parafernalia tecnológica que derivan en un producto de excelente calidad. El director despliega todo su arsenal retórico, su propia investigación detallada y exhaustiva para mostrar las mentiras de jueces y fiscales, declaraciones contradictorias de los testigos, pruebas plantadas, un abogado defensor comprometido con intereses ajenos al imputado, la poca claridad de las circunstancias del tiroteo, la indiferencia de los jueces ante testimonios que podrían haber arrojado luz sobre el asunto. Y, lo que es peor aún, la patética cobertura del hecho por parte de los medios de comunicación, proyectando una manipulación despiadada de la opinión pública. Es que, en efecto, los medios pusieron detallado énfasis en mostrar cómo los testigos del accidente pretendían linchar a Carrera y cómo la burbuja de la definición del incidente fue creciendo hasta lugares insospechados. De hecho, es caricaturesca la “información” que cada canal de televisión iba dando del asunto: para algunos eran cuatro delincuentes, para otros tres, para otros los cómplices se escaparon; en todos los casos se dieron informaciones erróneas de cuál fue el móvil del hecho. Lo importante fue, mejor dicho es, en televisión, dar una respuesta inmediata, urgente, aún sin mediar reflexión ni investigación seria, aún sin chequear verazmente los datos. Pero, además, la criminología mediática se encargó de despertar los mayores prejuicios y potenciar los más terribles resabios de odio y repugnancia por el otro, en este caso la víctima de un poder punitivo corrupto, corporativo e inhumano. ¿De qué manera? Reproduciendo un discurso de seguridad social, higienista, que remarca la necesidad de pulverizar y expulsar la mierda (es decir el otro, el diferente) de la sociedad. Dice Zaffaroni: “lo que la criminología mediática oculta cuidadosamente al público es el efecto potenciador del control y reductor de nuestra libertad. Al crear la necesidad de protegernos de ellos justifica todos los controles estatales -primitivos y sofisticados- para proveer seguridad”.[1] Lo que los impávidos espectadores de este circo mediático no se dan -no nos damos- cuenta, es que, en realidad, el poder punitivo busca el control de todos, es decir tanto de ellos como de nosotros. Pues así y sólo así, la vigilancia y el control se harán efectivos. Y los medios se ponen a su servicio.



[1] Zaffaroni Eugenio Raúl: Op. Cit., p. 230. [La cursiva es del autor]

martes, 4 de noviembre de 2014

El poder de los medios. Seis intelectuales en busca de definiciones - Iván Schuliaquer

El poder de los medios
El libro del Licenciado en Ciencia Política Iván Schuliaquer tiene, a mi criterio, una gran ventaja y otra desventaja igualmente proporcional. La virtud del libro es apelar a las voces de seis intelectuales de primer nivel para entrevistarlos y, de ellos, extraer ideas que parecen un oasis en medio de un desierto, una especie de elixir nutritivo de nuestro pensar. La desventaja es lo exigua de cada entrevista y la falta de desarrollo de las ideas del propio Schuliaquer al respecto, quien se limita a explicar brevemente las concepciones sobre las que se apoya cada entrevistado y a preguntar y repreguntar, en su rol de periodista-escritor. 
Los seis intelectuales de los que estamos hablando son, ni más ni menos, que Néstor García Canclini, Gianni Vattimo, Ernesto Laclau, Pablo Boczkowski, Gabriel Vommaro y Toni Negri. Los seis están absolutamente a la altura de las circunstancias que engloban al complejo y actual problema concerniente al poder de los medios. ¿Dónde radica ese poder? ¿De qué modo se cristaliza? ¿Cuál es su vínculo con los partidos políticos? ¿Hasta qué punto se legitiman socialmente? ¿De qué manera la hegemonía se trasluce en ellos?  ¿Cómo influyen los nuevos dispositivos tecnológicos en su desarrollo? ¿Es subjetivo u objetivo el carácter de los medios? ¿Seguirán siendo bastión de los grandes monopolios económicos en la organización del mudo actual y de Latinoamérica? Son solamente algunas de las líneas de discusión que se disparan con la lectura de este breve libro.  
La discusión es fundamental para entender la tensión que atraviesa el mundo de la política con el de los medios de comunicación; tensión en la que se entretejen nociones como manipulación, conglomerados económicos, mirada crítica, emisores y receptores, convergencia tecnológica, audiencia, homogeneización, multiculturalidad, hegemonía.  
Un libro fundamental para repensar un tema del que nuestro país en particular se nutre y se hace eco de sus variadas voces. Un texto que ayuda, además, a tomar posición al respecto. 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Cerveza San Javier - Especial con Algarroba

San Javier - Algarrobo
Esta cerveza tucumana especial con algarroba tiene 5% de alcohol. De espuma blanca y persistente, cremosa que dejó lacing en el vaso. De color dorado brillante, muy bien gasificada, muy bien clarificada y casi sin sedimento en el fondo. 
Aroma complejo, frutado con dejo a banana, manzana verde y frutos rojos, seguramente por acción de la levadura. La composición del uso de las maltas en combinación con la algarroba contribuyen a un "dulzor" aromático muy similar al de las vainas de vainilla, y bien entremezclado con reminiscencia a maderas, propias del lúpulo. 
El sabor no es menos complejo, pues ese dulzor producto de la malta y la algarroba se equilibra perfectamente con el amargor del lúpulo en su punto justo.
De cuerpo liviano, esta cerveza se convierte en un producto muy refrescante, muy aromática y absolutamente susceptible a ser tomada y disfrutada. La graduación alcohólica es baja y ello potencia las virtudes recién mencionadas. 
Pienso que puede maridar de modo excelente con un postre muy dulce como la ambrosía. Sólo hay que animarse a gozar de esa combinación.
Excelente cerveza. Lo mejor que he probado en Tucumán. Felicitaciones para su maestro cervecero Fernando Alonso. Pueden consultar en http://www.cervezasanjavier.com/ o en su página de facebook: www.facebook.com/cervezasanjavier 

jueves, 28 de agosto de 2014

La mejor oferta - Dir. Giuseppe Tornatore

La migliore offerta
Título original: La migliore offerta
Director: Giuseppe Tornatore
Género: Thriller, Drama romántico
Año: 2013
País: Italia
Reparto: Geoffrey Rush, Jim Sturgess, Sylvia Hoeks, Donald Sutherland, Philip Jackson
Guion: Giuseppe Tornatore

El listado de películas dirigidas por Tornatore (director de Cinema Paradiso, Malena, La desconocida, entre otras) tiene un denominador común: la fuerza de un guion muy bien pensado y el impacto de un final que suele deslumbrar o conmover. El caso de La mejor oferta cumple con ambos requisitos. Más allá del típico costumbrismo que retrata algunas tradiciones de sus filmes y de los escenarios minimalistas que ilustran lo mejor de su país, esta vez es más importante el mundo interno, de la mansión en donde mayormente acontece la trama y el del personaje principal, que el externo. En esta oportunidad estamos hablando del mundo de Virgil Oldman, un excéntrico e introvertido millonario vendedor de antigüedades y especialista en restauración. Dar con Virgil no es fácil. Sus propias obsesiones, su pudor, su autoritarismo, su humor (bastante malo por cierto) son la clave de interpretación de un personaje complejo, muy bien caracterizado y brillantemente logrado por Geoffrey Rush. La vida de Virgil parece estar perfectamente calculada y ordenada; la pulcritud con la que vive se plasma incluso a la hora de la cena, pues ni allí se saca los guantes. Dentro de sus excentricidades, destacamos la de coleccionista de retratos de mujeres pintados por diferentes artistas de distintas corrientes y épocas. En determinado momento, recibe -luego de una larga insistencia- el encargo de una misteriosa joven que desea tasar y vender las antigüedades de su fallecido padre, dueño de una importante cantidad de muebles, obras de arte, ornamentos, etc. La atención de Virgil se focaliza en la extraña joven quien padece de una rara anomalía psicológica que no le permite tener contacto con el mundo externo y, por ello, se encuentra sumida en un aislamiento enfermizo. La agorafobia parece alterar los estados de ánimo de Claire, y eso enfurece y entiernece a Oldman. 
Los avatares, los enredos de una relación que se va fortaleciendo comienzan a conformar la atmósfera de un thriller que se convierte en un drama romántico, con un giro hacia el final impecable. La inexperiencia con las mujeres llevan a Virgil a consultar con un joven -experto en reparar artefactos mecánicos- con mayor experiencia en el trato con el género femenino. Y así, entre consejo y consejo, aparece la seducción como arma fatal. El brillante epílogo me ha llevado a la reflexión acerca de qué entender por lo auténtico. ¿Cuándo un amor es auténtico? ¿Cuándo una obra de arte es original? ¿Cuándo un sentimiento es noble? ¿Y si todo ello no es más que una fachada, una máscara, un envoltorio cuyo contenido es vacío finalmente? Y en este punto es donde la referencia a las ideas de Walter Benjamin, sobre todo el Benjamin de "La obra de arte en la época de la reproductividad técnica" son absolutamente visibles. Y esto es un gran acierto del guion de Tornatore. Benjamin es, probablemente, uno de los filósofos cuyas ideas han de ser muy difíciles de plasmar en imágenes. Empero, Tornatore lo logra a la perfección, haciendo referencia, incluso, al autómata manejado por el enano corcovado que hacía ganar las partidas de ajedrez. Y el filme de Tornatore termina siendo eso, un partido de ajedrez en el que la razón y el cálculo se vuelven más importantes que los deseos y sentimientos. Mal que les cueste a los románticos y caiga quien caiga.
Brillante, excelente, conmovedora película.      

viernes, 8 de agosto de 2014

¿Para qué sirve la filosofía? (Pequeño tratado sobre la demolición) - Darío Sztajnszrajber

¿Para qué sirve la filosofía?
Quienes tuvieron la posibilidad de ver las dos temporadas completas -o, en su defecto sólo algunos capítulos- del programa Mentira la Verdad difundido por Canal Encuentro y conducido por Darío Sztanjnszrajber, no se van a sentir defraudados en la lectura de este libro. Porque el dinamismo con el que el autor escribe se asemeja a la vertiginosidad de las historias elucubradas en el producto audiovisual. Salvo que, en este caso, la escritura en primera persona va moldeando los avatares y peripecias de su protagonista en primera persona. Y hay, a mi criterio, una intencionalidad marcada: que la filosofía salga a la calle, que la filosofía se entremezcle con la vida y los personajes de nuestra cotidianeidad. Claro que bajo la premisa que da título este texto, es decir, preguntándose e interpelándose por la utilidad de la filosofía. ¿Para qué sirve la filosofía? ¿Es que necesariamente debemos encontrarle un sentido útil a la filosofía? ¿Y qué tal si no sirviera para nada? Esta es la excusa ideal para hacer un recorrido por la historia de la filosofía, recorrido que no sigue al pie de la letra ni la historiografía clásica ni una linealidad espacio-temporal común, sino que va hilvanando las ideas de una multiplicidad de filósofos a lo largo de situaciones de la vida real y partir de la formulación de problemas filosóficos. Darío se pregunta, entonces, en medio de la calle, en el vagón de un tren, en la cafetería de una estación de servicio, si la filosofía sirve para algo, si se puede salir del conjunto de dicotomías que Occidente forjó delante de sí; se interroga porqué hay algo y no más bien nada, se pregunta por el destino, por las causas, por Dios, por el orden y el caos, por la justicia, por la esencia, por cómo accedemos al conocimiento y se interpela por la posibilidades de encontrarle certeza. Sztanjnszrajber lleva a cabo una intrincada labor filosófica porque busca la desnaturalización de lo obvio, el extrañamiento de lo cotidiano y porque lleva el cuestionamiento hasta las bases mismas del fundamento, porque lleva la pregunta "¿por qué?" a su máxima expresión; la mastica, la potencia, la asimila, y la devuelve al lector, al que no le queda otra más que hacerla suya y cuestionarse, indagarse y subirse al oleaje de este portentoso hábito que es filosofar. 
Así, desde Sócrates, Platón, Tales de Mileto, pasando por Agustín, Descartes, Leibniz, Hume, Kant, hasta Heidegger, Derrida o Habermas, el libro busca atrapar y dar cuenta del mismo fundamento a partir del cual surge la filosofía, amar el saber. Porque, en definitiva, la filosofía también tiene que ver con eso, con el amor.
Aclaración: no busca éste ser un texto para especialistas en filosofía, ni persigue convertirse en un tratado específico que desarrolla teorías inéditas en el campo filosófico. Es, más bien, un libro de divulgación filosófica, no exento de rigurosidad, alejado de los academicismos aunque busca, logrando con éxito, acercar la filosofía a la gente, mostrando que no hace falta dedicarse profesionalmente a la filosofía para indagarse filosóficamente. ¿Por qué? Porque la filosofía es, en palabras del autor, una manera de pensar. Adhiero a su postura y celebro su publicación. 

lunes, 14 de julio de 2014

Cerveza Neffer

Neffer Atón
Cerveza Neffer - Atón - American Ale
Según Wikipedia, Atón era una deidad egipcia que representaba al sol en el firmamento, considerado el espíritu que alentaba la vida en la tierra. Probablemente, no figura en su página web, la elección del nombre tenga que ver con su apariencia y color. Esta American Ale de 4,5 % de alcohol tiene, en efecto, un color dorado pálido, espuma blanca muy volátil, de baja persistencia. Muy límpida y con muy poco sedimento en el fondo. El aroma presenta u ndejo de banana y manzana verde propios de la levadura ale, y algo de clavo de olor. Tal como lo señala la etiqueta, casi imperceptible la presencia del lúpulo, entonces el balance del aroma y del gusto se inclina hacia la malta. Un gusto agradable y bien logrado para el estilo que, en general, suele caracterizarse por cervezas ligeras, claras, de cuerpo bajo y muy bebibles en días de calor por lo refrescantes que son.
Retrogusto también ligero, dejando el paladar con ganas de seguir disfrutando. Muy buena cerveza.
Típica cerveza considerada ideal para combinar con unas buenas pizzas caseras de mozzarella, jamón, morrón y aceitunas.
Neffer Puaniti
Cerveza Neffer - Puaniti - Pale Ale
A diferencia de la anterior, no encontré referencias al nombre literalmente pero sí su derivación. Puan era una tintura rojiza, el color rojo en la edad antigua. Esta cerveza tiene 5% de alcohol y un color realmente espectacular, evidenciando un cobrizo oscuro tirando a caoba. Muy brillante y clara, con poco sedimento en el fondo. Casi ni hizo espuma, lo cual es un defecto pero lo justifico porque hace bastante que la tenía esperando en la heladera.
Aroma a caramelo y frutos del bosque en una cerveza que no refleja aromas a lúpulos aunque sí se sienta su amargor en el gusto. En este punto la cerveza logra su cometido: se siente el amargor del lúpulo combinando con el dulzor de las maltas caramelo, dejando en el paladar la sensación de estar disfrutando de un flan o de un bocadito Holanda. Para ser una Pale Ale, a mi criterio, le falta amargor. También me hubiera gustado que el grado de alcohol sea más elevado y se haga notar.
Igualmente, como impresión general me parece una cerveza muy buena.
Creo que maridaría muy bien con carnes rojas, tipo estofado a la riojana de una carne un tanto crocante.
En conclusión: vale mucho la pena probar estas cervezas. Tiene, esta cervecería que funciona desde 2001 en la prov. de Buenos Aires, en total 6 estilos de cerveza. Estimo que vale la pena probar todos ellos!!!
Y poseen una página web muy bien lograda: www.cervecerianeffer.com.ar 

sábado, 28 de junio de 2014

Algunas horas de primavera - Dir. Stéphane Brizé

Quelque heures de printemps
Título original: Quelque heures de printemps
Título en español: Algunas horas de primavera
Dirección: Stéphane Brizé
Origen: Francia
Año: 2012
Guion: Florence Vignon y Stéphane Brizé
Música: Nick Cave y Warren Ellis
Duración: 108 minutos
Intérpretes: Vincent Lindon, Heléne Vincent, Emmanuelle Seigner, Olivier Perrier.

Después de pasar 18 meses en la cárcel por intentar traficar drogas en el camión con el que trabajaba, Alain debe volver a su casa materna hasta tanto consiga reinsertarse laboralmente. Sin demasiado entusiasmo y sin esperar nada productivo de él, lo espera Ivette, más preocupada por su perro Callie que por su hijo recién llegado. Ivette es obsesiva, sistemática, rutinaria, ritualista y ya se acostumbró a la soledad y el silencio. Pero también Ivette es, en el fondo, tierna como su hijo; pero la incomunicación y algunas huellas de viejos resentimientos generan una situación tensa e insoportable. Alain consigue algunos empleos esporádicos, poco calificados que no logran contentarlo. En una noche de distracción conoce a Clemence, con quien compartirá efímeros momentos de pasión y amor poco sincero, enmascarado, enmarañado detrás de verdades que se ocultan. El punto de inflexión del filme y del guion -que, por cierto, es excelente- lo constituye la revelación de la enfermedad terminal de Ivette: un tumor cerebral sin posibilidades de cura. Ivette buscó, por su cuenta, darle un final a su vida lo más tranquila y apacible que se pueda, consultando en Suiza una institución para asistir la muerte de los enfermos terminales. Y aquí es cuando más notoria se hace la ironía que da lugar al título de la película; cuando podíamos llegar a creer que se trata de un melodrama de carácter romántico que apela a la estación de las flores para desarrollar una relación de amor perdurable, la realidad y el intimismo que Brizé le imprime a la película caen como balde de agua helada. ¿Por qué? Porque el mundo es mucho más complejo de lo que la ficción nos muestra, la realidad es mucho más cruda a la vez que desafiante. Entonces es cuando el silencio se vuelve significativo, cuando más vale callar que hablar porque -siguiendo a Wittgenstein- "de lo que no se puede hablar es mejor callar". Y es, probablemente, la ética la que se haga presente para intentar, por lo menos, tratar de encontrar respuestas a los avatares de la existencia.
Una película imperdible.

jueves, 29 de mayo de 2014

Los padecientes - Gabriel Rolón

Los padecientes
Para los escépticos -como el escepticismo y los prejuicios que me embargaron antes de comprar y leer este libro- que ponen en duda la calidad literaria de un psicoanalista devenido en escritor como Gabriel Rolón, me anticipo al final: la primera novela de Rolón es excelente. Atrapa, sugiere, narra en una prosa sencilla pero emotiva, dinámica, con un ritmo en la presentación de los acontecimientos que no da respiro y nos invita a leer, leer y leer. Tal es así que en mi caso particular me devoré la novela en 3 días. 
Los padecientes relata los avatares de Pablo Rouviot, un reconocido psicoanalista porteño, cuya relación profesional con sus colegas no es de las mejores, pero aún así mantiene una amistad férrea con su compañero José, alias "El gitano". Pablo acaba de terminar una relación amorosa intensa y eso lo mantiene preocupado. Hasta que el motivo de su preocupación existencial se desvía a partir de la llegada de Paula Vanussi, una joven estudiante de Psicología y admiradora de Rouviot, quien pide contratarlo para que brinde su opinión profesional en el juicio que debe afrontar su hermano por haber cometido el asesinato de su padre, un turbio millonario. Paula requiere de la ayuda profesional de Pablo para que declare la insanía de su hermano Javier, quien padece serios trastornos y desequilibrio mental y, por ello, es aparentemente inimputable. Tal declaración evitaría que Javier vaya a cárcel y simplemente se quede en el instituto psiquiátrico en el que se encuentra recluido. Un poco bajo el pedido de Helena, su secretaria, y otro poco bajo el manto de curiosidad y asombro propio del profesional comprometido con su vocación o del científico que busca llegar a las raíces del asunto que investiga, Rouviot decide tomarse un tiempo para responder y, por ello, investigar previamente. Y este punto de inflexión lleva a que Pablo se obsesione no tanto con el caso en particular sino con el desafío de encontrar la verdad detrás de un contexto familiar de mierda en el que un "pez gordo" como Vanussi demostró ser un reverendo hijo de puta, un inescrupuloso que -como muchos otros- hace uso y abuso del poder de un modo que roza la anomia social. Y es en este pozo de mierda en el que Pablo Rouviot se mete, develando la confabulación de policías, políticos, médicos, empresarios quienes juegan un papel de cómplices en esta trama plagada de suspenso, corrupción, perversidad y poder. El itinerario que el psicoanalista emprende, entonces, excede el campo de la Psicología para convertirse en una investigación policial que, de a poco, irá aproximándose a la tan ansiada y dolorosa verdad. Y el momento del desocultamiento, la revelación del misterio produce sensaciones encontradas en el lector.
Un thriller psicológico relatado como una novela policial, con toques de policial negro, sustentado en categorías del psicoanálisis que ayudan a comprender los padecimientos de las personas comunes y corrientes. De una prosa muy ágil y entretenida, apelando también a la escritura de capítulos relativamente cortos que acentúan la atención del lector. Con personajes muy reales que nos dejan la extraña sensación de que cualquiera de nosotros puede ser alguno de esos "padecientes". 
En definitiva una novela imperdible. 

miércoles, 21 de mayo de 2014

Cerveza Franz Scheitler

Scheitler Rubia

Scheitler Colorada
La cerveza Franz Scheitler es procedente de Mercedes, provincia de Buenos Aires. Las había comprado en Capital Federal y me las traje para Tucumán. Empecé la cata con la rubia, de 5% de alcohol, de un color dorado intenso (se aprecia bien en la foto), muy clara y con sedimento en el fondo pero normal para una artesanal. Espuma de color blanco y bien persistente y cremosa. De gasificación alta.
En la rubia predomina el aroma cítrico y terroso con un dejo de diacetilo (siempre repito que es ese aroma como a manteca, que en algunos casos es desagradable y en otros ameniza con el estilo) pero no invasivo. Sabor a peras, bananas y de retrogusto amargo. Presenta un logrado equilibrio entre la malta y el lúpulo. Una cerveza que deja el paladar seco y por eso provoca tentación para seguir bebiendo.
Con una presentación excelente, la cerveza Franz Scheitler resulta ser muy refrescante. Ideal para una picada con fiambres y quesos duros, aromáticos y unas tostadas con queso blanco y atún. Muy buena cerveza.
La colorada también tiene 5% de alcohol que, a decir verdad, no se notan en ninguno de los estilos que probé. Tiene color ámbar con reminiscencia de dorado y cobre. Muy interesante el color que han logrado. Un poco turbia con sedimento en el fondo. La espuma era marroncita clara aunque, esta vez, muy lábil (se esfumó rápidamente). Gasificación baja.
Presenta un aroma dulzón que nos retrotrae a flan o caramelo de un modo muy marcado. Aparece poco acentuado el aroma cítrico del lúpulo.
Al probarla se percibe una excelente conjunción entre el dulzor de las maltas caramelo y el amargor del lúpulo. Al ser una cerveza colorada, la balanza se inclina a favor de las maltas, lo cual le da al estilo una presencia notable. Buena decisión del maestro cervecero.
Otra vez el retrogusto nos deja un paladar seco que estimula a seguir tomando esta cerveza de muy buena calidad. El defecto que presentó fue la poca durabilidad de la espuma y la escasa gasificación. Pero es una excelente cerveza para acompañar con un postre que contenga cerezas al marraschino o zapallos en almíbar. Calculo que será una combinación muy exitosa. Muy buena cerveza.
Hasta la próxima cata.... 

domingo, 11 de mayo de 2014

Enemy - Dir. Denis Villeneuve

El hombre duplicado
Título original: Enemy
País: Canadá/España
Año: 2014
Dirección: Denis Villeneuve
Guion: Javier Gullón
Reparto: Jake Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gadon, Isabella Rossellini, Stephen Hart, Jane Moffat. 
Género: suspenso.
En primer lugar, hay que aclarar que este filme se trata de un caso más de transposición cinematográfica de la novela del ganador del Premio Nobel de Literatura José Saramago, El hombre duplicado. Debo aclarar que no he leído la novela aún pero que es mi próxima lectura cuasi obligada para confrontar el estilo estético y la problematización existencial de cada una de las obras. El argumento es, en apariencia, sencillo e inocente, aunque a medida que se avanza en la trama percibimos el peso inoxerable de la angustia existencial. Adam Bell es un profesor de historia cuya vida monótona se repite casi al infinito, de modo tal que hasta sus mismas clases parecen ser una repetición de nunca acabar sin que ningún destello fulgurante lo saque de ese estado somnoliento de eterno retorno de lo mismo. Adam está en pareja con Mary pero la misma vida rutinaria de su profesión se reproduce en su vida amorosa/sexual. Para Adam, entonces, el mundo es aburrido, la vida es un bodrio, no hay nada relevante ni interesante por lo que vivir. Y así, sin esperarlo, en un recreo en la sala de profesores, su colega de Matemáticas le recomienda una comedia, una película como para entretenerse durante 90 minutos. Y este es el punto de inflexión. Adam descubre, a partir de recurrentes imágenes en sus sueños, que un actor menor de la película que vio es, literalmente, idéntico a él. Alquila otras películas de este actor llamado Anthony Claire para corroborar su parecido y entonces, asombrado y confundido, se apronta a encontrarse con él, a sabiendas de que -además- viven en la misma ciudad. El encuentro finalmente se produce y la obsesión deja de ser propiedad exclusiva de Adam para machucar también mentalmente al fanfarrón Anthony. Entonces, la angustia existencial y la densidad filosófica del filme se hacen patente cuando la consabida pregunta antropológica "¿Quién soy?" corroe la mente de estas dos personas exactamente idénticas. ¿Qué es lo que hace que una persona sea uno mismo y no otro? ¿Acaso nuestros rasgos físicos? ¿Acaso nuestro modo de ver el mundo? ¿Acaso nuestras marcas personales, nuestras huellas? ¿Acaso las relaciones que establecemos con los seres queridos? ¿Acaso nuestra consciencia? ¿Y si lo que somos o creemos que somos es, en realidad, una máscara que esconde lo que verdaderamente queremos ser? Confundidos y perplejos al mismo tiempo, el entrecruzamiento entre los seres duplicados se complejiza cuando el uno aparenta ser el otro y la fragmentación los lleva a vincularse a cada uno con la pareja del otro. Y con ello, el mundo y el argumento se vuelven más sórdidos de lo que aparentaba ser. Plagado de simbolismos (las arañas, la madre, las mujeres) el filme de Villeneuve termina siendo una obra absolutamente perturbadora, un escándalo para la razón. El mundo racional pierde pie y el orden lógico se tambalea cuando llegamos al final del relato. Con una fotografía precisa, pertinente para ilustrar el desasosiego de los personajes en cada momento, con un guion inteligente, y una actuación muy destacable de Jake Gyllenhaal, Enemy se convierte en un thriller deslumbrante, sobre todo desde los puntos de vista filosófico, estético, psicoanalítico si se quiere, y la convierten en una de esas películas de las que no podemos dejar de hablar o discutir con alguien cuando el aclamado "The End" aparece. 
Haber visto esta película me lleva, ineluctiblemente, a leer la novela de Saramago, seguramente presente en una de las próximas reseñas sobre libros que haga en este blog.  
Me encantaría que quienes hayan visto la película comenten sus pareceres al respecto. Hasta la próxima.  

jueves, 24 de abril de 2014

Antimanual de Filosofía - Michel Onfray

Antimanual de Filosofía
Podría tranquilamente afirmar que las elucubraciones filosóficas de cualquier pensador siempre tienen que ver con el contexto particular en el que ha vivido y con las condiciones que han forjado su propia existencia. Y creo que las elaboraciones filosóficas del filósofo francés actual Michel Onfray no quedan exentas de ello.
Rebelde, anticonformista, hedonista confeso, cuestionador nato, analista lúcido y con una pluma súper ácida, Onfray llegó a fundar una Universidad Popular en la ciudad francesa de Caen, concibiendo que una enseñanza de calidad debe ser abierta para todos, en tanto el conocimiento constituye la ciudadanía. 
Particularmente, el Antimanual de Filosofía está escrito y dedicado para sus alumnos del nivel medio o del Bachiller. Y la provocación no comienza sólo con el sugestivo título, sino que apenas se abren las primeras páginas del libro, Onfray insta a que sus alumnos (cualquier adolescente de nivel medio que esté cursando filosofía) se indaguen y justifiquen porqué  sí o porqué no deberían prenderle fuego a su profesor de Filosofía. 
Dueño de una fina ironía, de un estilo sencillo pero no por eso menos profundo, teñido de una pedagogía clara y sin caer en dogmatismos o fundamentalismos teóricos, este libro recorre una serie de problemas filosóficos que cualquier adolescente de cualquier parte del mundo seguro se plantea (o se planteará si todavía no lo hizo). Tales problemáticas empuñan una daga sutil, punzante y ponzoñosa que desacomoda al lector estructurado. Por su más que interesante recorrido filosófico, Onfray plantea problemas antropológicos vinculados con la naturaleza humana, con el arte, con la técnica, con la libertad, el derecho, la historia, la razón, la política y la conciencia. Y las preguntas provocan, en muchos casos al "distraído" lector, escándalos a la razón anestesiada con el velo de los moralismos sociales, las reglas rígidas, los reproductores de la historiografía tradicional, los defensores de los cánones filosóficos y los lugares comunes. Entonces, la daga filosófica presenta cuestiones como ¿Es absolutamente necesario mentir para ser presidente? ¿Qué parte de nuestra razón desaparece en una noche pasada de alcohol? ¿Qué buscaban en la cama de sus padres a los 6 o 7 años? ¿Podemos recurrir a la violencia? ¿Dejarías que tus hijos accedan a las páginas pornográficas de internet? ¿Podrías prescindir de tu celular? ¿En qué momento un urinario se convirtió en una obra de arte? ¿Por qué no se masturban en el patio del instituto? Onfray expone con transparencia, con lucidez, con abierta franqueza y absolutamente desprovisto de prejuicios (sociales, económicos, psicológicos, etc.) para tentar e instar a los estudiantes a que piensen con autonomía, con independencia, en contra del principio de autoridad y emancipándose de las voces de sus profesores. 
Si bien el libro está destinado a ser usado en los bachilleratos, funciona muy bien como un texto de divulgación científica para el lector interesado por la filosofía. Con precisión, el autor reconoce, identifica y explica los términos o ideas filosóficas que necesiten explicación; está ilustrado lo cual lo hace más atrayente y -además- al final de cada subtema recurre a fragmentos originales de pensadores que han desarrollado el asunto que Onfray problematiza. 
En definitiva, un librito muy pero muy recomendable para todo aquel que quiera aproximarse de un modo formal o no, al mágico mundo de los problemas filosóficos. Excelente.  

jueves, 10 de abril de 2014

Cerveza Barbaroja Floral

Barbaroja Floral
La cerveza Barbaroja se produce en Escobar, provincia de Buenos Aires, y producen la friolera de 13 estilos de cerveza distintos. En su etiqueta no provee datos de su porcentaje en alcohol pero sí pueden encontrarlo en su página web (www.barbaroja.com). Este estilo, entonces, posee supuestamente 3% de alcohol. Presentó en el vaso un color caoba claro con tonalidades doradas y rojizas. Muy bien clarificada y con poco sedimento en el fondo. La espuma tenía muy buena retención y un color adecuado al de la cerveza, con dejos de marrón claro. Una importante gasificación pero para nada molesta. Su aroma combina elementos florales y frutales con reminiscencia a frambuesa, frutilla y durazno. Un tono aromático muy dulce, con un dejo floral apenas perceptible, pues se halla rebasado por el aroma a fruto, tirando a chicle.
Digamos que hasta acá, en general, todo bien. Ahora, al probar la cerveza se desvanece toda chance de volver a repetir esta cata. El gusto es -literalmente- a jarabe de niño. Una artificialidad abominable. Apenas se logra captar algo de malta caramelo pero invadido por ese gusto dulce empalagoso. No se siente nada, pero nada del amargor que debería tener una cerveza y el lúpulo brilla por su ausencia. 
El entusiasmo por el color, la contextura y el aroma se derrumbó completamente con el gusto. Con un retrogusto molesto. 
Impresión general: mala, muy mala cerveza. ¿Puede llamarse cerveza? No recomendable bajo ningún aspecto, ni para combinar con nada. 

sábado, 15 de marzo de 2014

El imaginario mundo del Dr. Parnassus - Dir. Terry Gilliam

Parnassus
Título original: The Imaginarium od Doctor Parnassus
Origen: Reino Unido
Director: Terry Gilliam
Año: 2009
Guion: Terry Gilliam y Charles Mckeown
Reparto: Heath Ledger, Christopher Plummer, Colin Farrell, Jhonny Depp, Jude Law, Lyli Cole, Andrew Garfield, Tom Waits. 
Género: fantástico y aventuras

El barroco que ilustra los paisajes surrealistas del interior del circo -decadente y de poca monta- del Doctor Parnassus llama poderosamente la atención. Y es que Terry Gilliam no ahorra ni malgasta recursos para generar una película de una tremenda potencia visual. En general el filme ha recibido críticas negativas, duras e incluso injustas por considerarlas una obra menor. No es así desde mi humilde perspectiva. Me parece que toda esa magia virtual de los espacios surrealistas, sumados a un vestuario de primera calidad, complementan un relato que, si bien puede tener un ritmo a veces lento por tratarse de una película de aventuras, promete la búsqueda de una reflexión profunda acerca de los deseos y tentaciones más "viles" del ser humano. Y Terry Gilliam decide mostrar esos aspectos de humanidad mediante una historia cuasi mística de contextos propios del panpsiquista Renacimiento pero en plena Londres del siglo XXI. Como anécdota puede contarse que fue la última producción -incompleta- de Heath Ledger antes de morir y que, debido a su fatídico final, su rol se reemplaza por Jude Law, Jhonny Depp y Colin Farrell con personajes que aparecen en distintos contextos oníricos. La historia muestra al diablo que viene a cobrarse una vieja apuesta que hizo con el Doctor Parnassus quien había prometido entregar a su hija cuando adolescente. Parnassus ofrece un espectáculo circense en el que el espectador puede ingresar a sus propias fantasías y a sus deseos más oscuros, bajo el peligro de no poder volver a ser el mismo. Pero la aparición del amnésico y estafador Tony hacen que el destino y el futuro del circo, de Parnassus y de Valentina cambien. Toda esa trama bajo sucesivas escenas oníricas y desopilantes acciones.
Verdaderamente uno muchas veces trata de mostrar el potencial de la creatividad surrealista y la visualización de cuadros no alcanza para ilustrar ese potencial. En cambio, y de allí el valor de este filme, todo ese poder, esa imaginación propia del automatismo psíquico y del inconsciente humano se despliegan en esta brillante película. Con actuaciones muy buenas y un guion super interesante.

viernes, 28 de febrero de 2014

Si esto es un hombre - Primo Levi

Si esto es un hombre
Primo Levi nació el 31 de julio de 1917 en Turín (Italia), en el ocaso de la primera Guerra Mundial, de tan nefastas consecuencias para los países europeos, en general. Las luchas políticas, las discusiones y escisiones partidarias, el exilio, la muerte, la cárcel a los opositores políticos y al amplio arco antifascista (fueran dirigentes sindicales, escritores, políticos, hombres de cultura en general) caracterizó y atravesó la niñez del escritor italiano.  
Este libro abre la trilogía -a la que se suman La Tregua y Los hundidos y los salvados-  que Primo Levi dedicó a los campos de concentración nazis, manifestando un testimonio austero, objetivo y veraz del horror de la realidad que le tocó vivir. El libro fue forjado a partir del pensamiento del autor durante los monstruosos días en Auschwitz, donde su principal meta era sobrevivir a esa situación para poder develar al mundo lo siniestro que allí ocurría. Por ello mismo, este relato tiene para el autor un sentido de “liberación interior” que responde a la exigencia propia de satisfacer el impulso y la necesidad de hacer que “los demás” supiesen y tomen conciencia del inquietante mundo de los campos de destrucción.
Ya en la presentación misma del libro, Primo Levi sostiene que más que agregar nuevos datos, realizar nuevas acusaciones o formular nuevos cargos, su intención se relaciona con proporcionar documentación que sirva para hacer un estudio de algunos aspectos del alma humana. Esta intencionalidad intenta responder, fundamentalmente, a la problemática de la xenofobia en el mundo contemporáneo, pensamiento que, conciente o inconcientemente, individuos y pueblos mantienen, y cuya representación más clara son los campos de concentración nazis. Cuando este pensamiento llega, “cuando el dogma inexpresado se convierte en la premisa mayor de un silogismo, entonces, al final de la cadena está el Lager. Él es el producto de un concepto del mundo llevado a sus últimas consecuencias con una coherencia rigurosa: mientras el concepto subsiste las consecuencias nos amenazan. La historia de los campos de destrucción debería ser entendida por todos como una siniestra señal de peligro”. (p. 10)
Si bien la estructura del texto tiene un carácter fragmentario puesto que la escritura de sus capítulos no responde a una sucesión lógica sino más bien a la urgencia por rememorar situaciones, la narración conserva un orden expresado de una manera muy inteligente por el autor ya que logra que el lector pueda hacerse presente los hechos que allí se manifiestan, de una manera muy objetiva, pese a la cual no deja de horrorizar a quien lee esas líneas.      
El relato marca el inicio del “viaje” a ese lugar desconocido, de barbarie, lugar en el que deliberadamente los nazis mezclaron culturas, lenguajes, experiencias y vidas atravesadas por el odio y la crueldad. Primo Levi realiza descripciones muy bien logradas y sumamente detalladas sobre los trabajos forzados -y prácticamente inútiles- a los que eran obligados a realizar los Häftlinge. Desde la entrada en el campo de exterminio, los hombres pierden su particularidad, su individualidad, su nombre y apellido, para pasar a ser un número más de la endemoniada estructura nazi. Así lo muestra Levi cuando relata que “Me llamo 174517; nos han bautizado, llevaremos mientras vivamos esta lacra tatuada en el brazo izquierdo” (p. 41).    
Hay una serie de rasgos que caracterizan al Lager y a los SS a los que Primo Levi no puede explicar porque son cuestiones complejas. Por un lado, tenemos el orden y la obediencia. Pueden conjeturarse diversos motivos por los que los nazis eran obsesivos por estas cuestiones, pero Levi nos hace saber que los secuestrados explican las acciones de los alemanes porque responden a una estructura aún más poderosa y organizada de la cual acatan órdenes y que ellos las cumplen sin prejuicios y con total convencimiento de lo que hacen. En segundo lugar, la antinomia vida-muerte cobra vigencia en el relato del autor. Éste nos muestra cómo la muerte puede representar, en algunos casos, una salida o una esperanza ante la tragedia a la que está supeditada la vida de aquel que perdió todo: sus ropas, sus familias, sus costumbres, su dignidad, su juicio, y cuyo resultado se reduce al sufrimiento y a la pérdida de sí mismo, al punto de “yacer en el fondo”(p. 40). Por último, se encuentra el tema de los ritos. Cada nueva experiencia que Levi narra, supone un proceso de inserción en un nuevo orden, proceso que puede ser caracterizado como un rito iniciático -grotesco y sarcástico- dentro de los campos de concentración “sagrados” y en el que, paradójicamente, todo está prohibido pues esa es la finalidad a la que responde la creación de los mismos.
El texto de Primo Levi nos va llevando por descripciones de la vida en general en el Lager, mostrando cómo ese joven que ingresó siendo un poco ingenuo, carente de juicio, con una decidida inclinación -lógicamente contraria a la ideología nazi- y nada de experiencia, se las arregla para sobrevivir en ese mundo en el que todo es nuevo y en el que la esperanza de vida está limitada por una mera orden. De este modo, el argumento está atravesado por precisas e inteligentes reflexiones antropológicas y morales, que hacen cuestionar la organización social nazi y su correspondiente aparato ideológico-político, ligado a un fundamento metafísico mediante el cual los alemanes realizaban sus atroces actos.  
El final del horror se acerca cuando Levi relata cómo los nazis comienzan a abandonar los campos cuando las Fuerzas Aliadas se aproximan a Auschwitz, lo que provoca la alegría, la esperanza de la salvación, pero en donde también se manifiesta que así como algunos son los “salvados” hay otros que son los “hundidos”. La miseria humana, la indiferencia, la codicia, la intolerancia también son disvalores a los que los seres humanos estamos sujetos y en los que podemos incurrir, en situaciones como las que cuenta el autor.

Finalmente, el libro presenta un apéndice redactado recién en el año 1976, en el que Levi responde a una serie de preguntas que durante el tiempo transcurrido desde que fue liberado hasta ese momento le han ido formulando, y que prácticamente se han ido repitiendo sistemáticamente. Las respuestas que da Levi a esas preguntas no tienen desperdicio alguno. Por ejemplo, sobre su rencor hacia los nazis o si los ha perdonado, sobre si los alemanes y los aliados sabían lo que ocurría, sobre si hubo prisioneros que pudieron escapar, sobre el odio fanático de los nazis por los judíos, etc. Estas cuestiones realmente develan la objetividad con la que libro fue escrito, lo que lo hace un documento importantísimo y fundamental para la toma de conciencia del genocidio nazi y sus consecuencias. Como dice el autor: “para escribir este libro he usado el lenguaje mesurado y sobrio del testigo, no el lamentoso lenguaje de la víctima ni el iracundo lenguaje del vengador” (p. 303). El libro es realmente útil no sólo a un público especializado, sino también a un público en general. Es fácil comprender el estilo del autor y resulta muy interesante para realizar un estudio crítico sobre diversas cuestiones relacionadas con la ética, la antropología, la psicología, la historia, etc. Los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad se añoran al momento de penetrar en la brillante obra de Levi, referencia indispensable para adentrarse en el tremendo mundo de los campos de concentración. Su lectura nos devuelve la frágil satisfacción y reflexión personal de vivir en una sociedad democrática en la que “el otro” no es objeto de odio ni un blanco a derribar, sino que es un igual a mí mismo. 

viernes, 21 de febrero de 2014

Cerveza La Trappe - Dubbel y Tripel

Dubbel
Dicen que tomarse una cerveza de abadía es como una experiencia religiosa. La denominación de "abadía" se remonta al proceso y producción de la cerveza llevado a cabo en los monasterios durante la Edad Media y revivido a mediados del siglo XIX, a posteriori de la era napoleónica. La Trappe es una cerveza holandesa, con todos los rasgos de una cerveza belga de abadía. 
La Dubbel es una cerveza negra de 7% de alcohol, preciso para el estilo aunque la graduación alcohólica no se deja sentir caliente en la boca. De color caoba oscuro con destellos de rubí, espuma de la misma tonalidad, cremosa y durabilidad media. Presenta sedimento en el fondo aunque tiene buena claridad. Posee un aroma intenso con notas a tofee, clavo de olor y chocolate negro, conjugación de maltas especiales que se usan. Lúpulo terroso con un dejo a madera tipo pino. En el sabor se le nota el porcentaje de alcohol aunque de manera suave. La combinación de maltas caramelo -con extracto potencial alto- (recordemos que es una dubbel). hacen que tenga un cuerpo compacto, intenso, con reminiscencia a caramelo dulce (como el caramelo que se arma debajo de un flan) pero con un amargor equilibrado. De gasificación media, reconozco que es una cerveza excelente. 
Tripel
La Tripel tiene 8% de alcohol y está aromatizada con coriandro. Su color es ámbar claro, con destellos de dorado intenso, muy clara y límpida y con sedimento en el fondo. Espuma de un marrón blanquecino apenas clarito y muy cremosa y duradera. El alcohol, a pesar de ser mayor en volumen, se siente menos que la Dubbel. 
De aroma fresco, frutal, con notas a cítricos, manzana verde y banana, propios de los lúpulos. Apenas se nota la presencia del coriandro, muy suave pero bien equilibrado con el resto de los aromas que se complejizan en la boca. Con respecto al sabor, es muy notable la presencia de las maltas belgas que denotan un sabor que comienza dulzón con un retrogusto amargo espectacular. Es una cerveza efervescente con terminación seca. Gasificación de media a alta, clave para el estilo. Como impresión general, también me parece una cerveza excelente. Tomar estas cervezas es una inversión que da rienda suelta al placer más que un gasto. Vale mucho la pena.  
Para maridar, combinaría la Tripel con un cerdo al horno que tenga una salsita agridulce. De postre acompañaría la Dubbel con una buena receta de tiramisú. Y después me cuentan qué tal!!!

sábado, 25 de enero de 2014

El lector - Dir. Stephen Daldry

El lector
Título original: The reader
Dirigida por: Stephen Daldry
Año: 2008
Duración: 123 minutos
Guion: David Hare, basado en la novela de Bernhard Schlink
País: EEUU
Reparto: Kate Winslet, David Kross, Ralph Fiennes, Bruno Ganz, Lena Olin, Alexandra Lara, Linda Bassett.
Música: Nico Muhly

He visto muchas películas que plantean la cuestión del Holocausto y las personas que intervinieron, directa o indirectamente, en los sucesos -mínimos o grandilocuentes- que afectaron su desarrollo. Y, por ello mismo, hubo muchas maneras de contar aquel terrible sufrimiento que abrió una grieta en el suelo de la historia. Aclaro que no he leído la novela de Schlink, por ello sólo puedo dar mi apreciación de esta película. Pero la elección que hace Daldry para contar esta historia me pareció fabulosa, pues logra pergeñar un melodrama no exento de dilemas morales, prohibiciones sociales, tabúes, juicios de valor y conflictos sin solución que, pienso que indefectiblemente, interpelan al espectador y lo afectan de tal manera que el proceso de identificación con los personajes fluctúa de modo constante.
El contexto es éste: en la devastada Alemania posterior a la Segunda Guerra Mundial, el adolescente Michael Berg es auxiliado a la salida de su escuela por una mujer que lo dobla en edad y, por lo tanto, en experiencia. Una mujer que, sin serlo, tiene espíritu de madre. Ella misma, Hanna Schmitz, se sorprende cuando Michael vuelve a compensar la ayuda brindada por la mujer. Las provocaciones, las insinuaciones, los silencios y las miradas de reojo serán la génesis de una relación amorosa, de despertar recíproco: un despertar sexual del joven adolescente, y un despertar hacia el mundo de la lectura de la experimentada mujer. En efecto, además del sexo, la pasión que da sentido a esta insospechada -y prohibida- pareja es la lectura. A veces antes, a veces después de hacer el amor, Michael lee en voz alta a Hanna. Y asistimos a unas secuencias que van de la risa al llanto, de la tragedia al drama, propios del contenido de los libros leídos. Se experimenta, casi en carne propia, el placer y los resultados de la lectura. Pero empezamos a sospechar, con fundamento, porqué siempre lee Michael. Y recordamos que en alemán la novela se titula Der Vorleser, literalmente "El lector en voz alta". La humanidad de los personajes, lo idílico de la relación, la idealización de los amantes nos llevan a la identificación de los personajes. Pero hay un punto de quiebre, en este sentido el guion es excelente, a partir del cual Hanna desaparece; y no sabemos porqué. Su razón la conocemos después, cuando Michael es estudiante de Derecho y asiste, junto a su profesor y el grupo de estudiantes, a un juicio en el que se acusa a Hanna de pertenecer a un grupo de mujeres de las SS que tuvieron la responsabilidad de dejar morir a otras mujeres en los campos de concentración. Entonces, esa imagen idílica, esa identificación se rompe, se quiebra en múltiples pedazos que, aparentemente, no podrán recomponerse. Es allí cuando los dilemas morales se abren como capullos recién florecidos aunque, en vez de embellecer nuestros ojos, opacan nuestra mente. Porque intentamos ponernos en los zapatos de Michael. ¿Qué haríamos en esa situación? Máxime cuando su posible intervención podría modificar el destino de Hanna. Entonces, al duelo moral ingresan muchas variantes: el amor, la pasión, el recuerdo, el placer, la felicidad, por un lado; el perdón, la memoria, la historia, la dignidad, el respeto, la conciencia, por otro. Y el tormento inunda las imágenes de este, en definitiva, terrible drama. Realmente Kate Winslet muestra toda la gama de matices de un personaje complejo, ambiguo. Y se muestra bella, realmente bella. Casi inimaginable -por lo menos para mí- que aquella cuasi niña de Titanic se haya convertido en semejante actriz. Y no desentonan ni David Kross, ni Ralph Fiennes, ni Lena Olin a pesar de lo corto de sus participaciones. 
La memoria del Holocausto y su ribetes ético-políticos tiene muchas facetas. Stephen Daldry eligió una que, a mi entender, nos hace pensar profundamente y preguntarnos cuáles son los límites del accionar humano. La lectura, además, funciona -en este caso- como un elemento de redención. Brillante.             

jueves, 16 de enero de 2014

Mirando conceptos. El cine en la enseñanza de la filosofía - Laura Galazzi

Mirando conceptos - Laura Galazzi
Este libro fue publicado por editorial Libros del Zorzal dentro del marco de los títulos de la colección Formación Docente en Filosofía, dirigida por Alejandro Cerletti. A priori, entonces, podría pensarse que es una publicación sólo destinada a quienes nos dedicamos a la enseñanza de la filosofía. Arriesgo a negar la anterior afirmación y espero que esta reseña sirva para justificar mi tesis.
La enseñanza de la filosofía se plantea, en este texto, en relación con los encuentros o desencuentros que pueda tener con el cine. Por ello, original idea de la autora, se divide en cuatro partes: una introducción a modo de preproducción en la que se analiza la estrecha relación (tal vez impensable para algunos escépticos) entre el cine y la filosofía; un primer capítulo o una primera secuencia en la que la enseñanza de la filosofía se despliega mediante el cine de ficción; el segundo capítulo o segunda secuencia tal despliegue se realiza en torno al documental; un epílogo a modo de cierre para reafirmar las tesis centrales planteadas por Laura. Y, a modo de "bonus track" un breve glosario con algunos conceptos propios del lenguaje cinematográfico como para quienes no están aún empapados de esos términos.
A lo largo de este desafío, si se me permite, conceptual-audiovisual, la autora logra acercarse a un nuevo enfoque en lo que respecta a la enseñanza de la filosofía, una visión en la que el docente ya no sea el último eslabón de una cadena jerárquica que comienza con los filósofos (como si los profesores no lo fueran), luego los didactas (los que producen las técnicas adecuadas para enseñar las teorías creadas previamente) y por último el profesor como mero reproductor de lo planteado por las escalas precedentes. Frente a esto, Galazzi propone la tesis de que el docente es, a la vez, profesor, filósofo y didacta. Gran acierto. 
El segundo gran acierto que me interesa rescatar es que la filósofa muestra cómo se puede concebir al cine más allá de un simple recurso didáctico para el aula y se arriesga a evidenciar de qué modo la filosofía puede pensar al cine. Y, con respecto al cine de ficción, me pareció excelente la idea -que a veces encierra prejuicios en contra- de que incluso el cine comercial es objeto de análisis o de reflexión filosófica. Con lo cual, se descarta el hecho de que haya un solo cine para enseñar filosofía, un cine que es exclusivamente "filosófico". Así, bajo un serio sustento bibliográfico, van apareciendo ejemplos para sustentar estas ideas que funcionan, a mi criterio, como excelentes herramientas para su utilización en clase.
Tercer acierto: desarrollar todo un capítulo referido al cine documental y sus modalidades bajo el análisis de tres documentales argentinos sobre la dictadura militar. Laura nos recuerda que también la filosofía, como el cine, están inmersos en el suelo fértil y cambiante de la historia. Y el documental también sirve para revelar alguna líneas filosóficas, en este caso, las referidas a la memoria, la identidad y la construcción del relato histórico. 
Si se pensara que el cine sólo sirve para mostrar y desarrollar cuestiones filosóficas, se estaría menospreciando tanto al cine como a la filosofía. Creo que Laura Galazzi muestra que el cine es de un lenguaje inacabable y, por ello mismo, potable para vincularse con múltiples disciplinas y perspectivas. Por ello, sostengo que este libro sirve muchísimo a los profesores de filosofía, aunque también vendría al pelo para cualquier docente de áreas similares o no. 
De una lectura amena, entretenida y, al mismo tiempo, con profundos conceptos abordados seria y responsablemente, esta publicación se vuelve ineludible para todo profesor de filosofía, y necesaria para docentes de otras ramas. 

sábado, 4 de enero de 2014

Cerveza Waffe

Oktoberfest
Porter Brown
Empiezo la cata de esta cerveza artesanal de Villa General Belgrano, haciendo la advertencia que las tenía en el refrigerador desde hace un año más o menos y que, por lo tanto, algunos parámetros organolépticos pueden haber disminuido con el tiempo, pese a las buenas condiciones de conservación. La Waffe Oktoberfest tiene 5,2% de alcohol que no se sienten tanto, con una espuma volátil, poco durable y de color marrón clarito. Su color presentó notas de marrón claro con tonalidades cobre, aunque no sea el color ideal del estilo, bastante clara y con poco sedimento en el fondo. Un aroma intenso a lúpulo terroso, con notas a caramelo, tofee y manteca. De sabor amargo, careciendo del dulzor de las maltas que caracterizan a una buena cerveza Oktoberfest. Hay un leve dejo de claro de olor interesante. Como impresión general, sostengo que es una buena cerveza, aunque no muy compatible con las características del estilo estandarizadas.
La Porter Brown posee 5% de alcohol que tampoco se notan. Espuma color marrón oscuro, con poca durabilidad. El color negro oscuro, opaco caracteriza esta cerveza. Un aroma con mucha presencia a diacetilo, bloqueando -incluso- el aroma tostado a malta chocolate que debiera tener, y del resto de los aromas (incluido el del lúpulo). En este estilo, ese olor a manteca resulta un pequeño defecto. Me esperaba con el gusto cierta aspereza del amargor pero me encontré con una presencia notable de la malta brown y casi nada de chocolate o café. También un toque dulce de las maltas caramelo, pero el diacetilo realmente predomina. Como dije, el lúpulo de aroma no está y el de amargor es escaso. La más floja de las tres que degusté. 

Scottish Ale E. 80
La Waffe Scottish Ale E. 80 tiene 5,5 % de alcohol y fue 3er premio del Concurso internacional de cerveceros en Rosario, en 2005. Espuma duradera y cremosa de color marrón claro.  Una cerveza bien clarificada, color marrón oscuro, bien brown con presencia del rubí. Aroma frutado y especiado (cercano a la pimienta negra) con notas a banana, manzana y caramelo. Sabor dulce con inyecciones de amargor hacia el final que hacen que la cerveza esté bien equilibrada entre la malta y el lúpulo. Un volumen de alcohol justo. Impresión general: excelente cerveza, con un premio bien merecido, lo mejor de la cata de esta noche. 
Destaco que entre cata y cata he lavado la copa y bebí agua para poder diferenciar los aromas y sabores. Un día de calor (como me tocó al momento de la cata, 40º C) cualquier cerveza fresca viene al pelo (más allá de que con el frío también se pierdan algunos aspectos del aroma y el sabor). Pienso que cualquiera de estas cervezas combina perfectamente con una picada de fiambres frescos, pero se lleva todos los aplausos la Scottish Ale. También agrego que estando en Villa General Belgrano había probado la Waffe de Trigo y, en aquel momento, me fascinó. En total, suman 7 estilos. Para los que visiten el Valle de Calamuchita no dejen de probar esta cerveza. Dirección de correo electrónico: waffe.bier@gmail.com y en facebook: waffebier.cerveza