jueves, 28 de agosto de 2014

La mejor oferta - Dir. Giuseppe Tornatore

La migliore offerta
Título original: La migliore offerta
Director: Giuseppe Tornatore
Género: Thriller, Drama romántico
Año: 2013
País: Italia
Reparto: Geoffrey Rush, Jim Sturgess, Sylvia Hoeks, Donald Sutherland, Philip Jackson
Guion: Giuseppe Tornatore

El listado de películas dirigidas por Tornatore (director de Cinema Paradiso, Malena, La desconocida, entre otras) tiene un denominador común: la fuerza de un guion muy bien pensado y el impacto de un final que suele deslumbrar o conmover. El caso de La mejor oferta cumple con ambos requisitos. Más allá del típico costumbrismo que retrata algunas tradiciones de sus filmes y de los escenarios minimalistas que ilustran lo mejor de su país, esta vez es más importante el mundo interno, de la mansión en donde mayormente acontece la trama y el del personaje principal, que el externo. En esta oportunidad estamos hablando del mundo de Virgil Oldman, un excéntrico e introvertido millonario vendedor de antigüedades y especialista en restauración. Dar con Virgil no es fácil. Sus propias obsesiones, su pudor, su autoritarismo, su humor (bastante malo por cierto) son la clave de interpretación de un personaje complejo, muy bien caracterizado y brillantemente logrado por Geoffrey Rush. La vida de Virgil parece estar perfectamente calculada y ordenada; la pulcritud con la que vive se plasma incluso a la hora de la cena, pues ni allí se saca los guantes. Dentro de sus excentricidades, destacamos la de coleccionista de retratos de mujeres pintados por diferentes artistas de distintas corrientes y épocas. En determinado momento, recibe -luego de una larga insistencia- el encargo de una misteriosa joven que desea tasar y vender las antigüedades de su fallecido padre, dueño de una importante cantidad de muebles, obras de arte, ornamentos, etc. La atención de Virgil se focaliza en la extraña joven quien padece de una rara anomalía psicológica que no le permite tener contacto con el mundo externo y, por ello, se encuentra sumida en un aislamiento enfermizo. La agorafobia parece alterar los estados de ánimo de Claire, y eso enfurece y entiernece a Oldman. 
Los avatares, los enredos de una relación que se va fortaleciendo comienzan a conformar la atmósfera de un thriller que se convierte en un drama romántico, con un giro hacia el final impecable. La inexperiencia con las mujeres llevan a Virgil a consultar con un joven -experto en reparar artefactos mecánicos- con mayor experiencia en el trato con el género femenino. Y así, entre consejo y consejo, aparece la seducción como arma fatal. El brillante epílogo me ha llevado a la reflexión acerca de qué entender por lo auténtico. ¿Cuándo un amor es auténtico? ¿Cuándo una obra de arte es original? ¿Cuándo un sentimiento es noble? ¿Y si todo ello no es más que una fachada, una máscara, un envoltorio cuyo contenido es vacío finalmente? Y en este punto es donde la referencia a las ideas de Walter Benjamin, sobre todo el Benjamin de "La obra de arte en la época de la reproductividad técnica" son absolutamente visibles. Y esto es un gran acierto del guion de Tornatore. Benjamin es, probablemente, uno de los filósofos cuyas ideas han de ser muy difíciles de plasmar en imágenes. Empero, Tornatore lo logra a la perfección, haciendo referencia, incluso, al autómata manejado por el enano corcovado que hacía ganar las partidas de ajedrez. Y el filme de Tornatore termina siendo eso, un partido de ajedrez en el que la razón y el cálculo se vuelven más importantes que los deseos y sentimientos. Mal que les cueste a los románticos y caiga quien caiga.
Brillante, excelente, conmovedora película.      

viernes, 8 de agosto de 2014

¿Para qué sirve la filosofía? (Pequeño tratado sobre la demolición) - Darío Sztajnszrajber

¿Para qué sirve la filosofía?
Quienes tuvieron la posibilidad de ver las dos temporadas completas -o, en su defecto sólo algunos capítulos- del programa Mentira la Verdad difundido por Canal Encuentro y conducido por Darío Sztanjnszrajber, no se van a sentir defraudados en la lectura de este libro. Porque el dinamismo con el que el autor escribe se asemeja a la vertiginosidad de las historias elucubradas en el producto audiovisual. Salvo que, en este caso, la escritura en primera persona va moldeando los avatares y peripecias de su protagonista en primera persona. Y hay, a mi criterio, una intencionalidad marcada: que la filosofía salga a la calle, que la filosofía se entremezcle con la vida y los personajes de nuestra cotidianeidad. Claro que bajo la premisa que da título este texto, es decir, preguntándose e interpelándose por la utilidad de la filosofía. ¿Para qué sirve la filosofía? ¿Es que necesariamente debemos encontrarle un sentido útil a la filosofía? ¿Y qué tal si no sirviera para nada? Esta es la excusa ideal para hacer un recorrido por la historia de la filosofía, recorrido que no sigue al pie de la letra ni la historiografía clásica ni una linealidad espacio-temporal común, sino que va hilvanando las ideas de una multiplicidad de filósofos a lo largo de situaciones de la vida real y partir de la formulación de problemas filosóficos. Darío se pregunta, entonces, en medio de la calle, en el vagón de un tren, en la cafetería de una estación de servicio, si la filosofía sirve para algo, si se puede salir del conjunto de dicotomías que Occidente forjó delante de sí; se interroga porqué hay algo y no más bien nada, se pregunta por el destino, por las causas, por Dios, por el orden y el caos, por la justicia, por la esencia, por cómo accedemos al conocimiento y se interpela por la posibilidades de encontrarle certeza. Sztanjnszrajber lleva a cabo una intrincada labor filosófica porque busca la desnaturalización de lo obvio, el extrañamiento de lo cotidiano y porque lleva el cuestionamiento hasta las bases mismas del fundamento, porque lleva la pregunta "¿por qué?" a su máxima expresión; la mastica, la potencia, la asimila, y la devuelve al lector, al que no le queda otra más que hacerla suya y cuestionarse, indagarse y subirse al oleaje de este portentoso hábito que es filosofar. 
Así, desde Sócrates, Platón, Tales de Mileto, pasando por Agustín, Descartes, Leibniz, Hume, Kant, hasta Heidegger, Derrida o Habermas, el libro busca atrapar y dar cuenta del mismo fundamento a partir del cual surge la filosofía, amar el saber. Porque, en definitiva, la filosofía también tiene que ver con eso, con el amor.
Aclaración: no busca éste ser un texto para especialistas en filosofía, ni persigue convertirse en un tratado específico que desarrolla teorías inéditas en el campo filosófico. Es, más bien, un libro de divulgación filosófica, no exento de rigurosidad, alejado de los academicismos aunque busca, logrando con éxito, acercar la filosofía a la gente, mostrando que no hace falta dedicarse profesionalmente a la filosofía para indagarse filosóficamente. ¿Por qué? Porque la filosofía es, en palabras del autor, una manera de pensar. Adhiero a su postura y celebro su publicación.